Hawai (CL)
Cuando ya han pasado unos largos años, todavía quedan los restos de aquella panorámica azul en la memoria frágil pero aún con algo de funcionamiento. Me refiero a “Solo Andata” (12k, 2009) [074], una obra cargada de matices profundos, de trazos largos y maravillosamente desarrollados. De ese disco permanecen flotando sus hipnóticas telarañas de sonidos acústicos, humedecidos como por algas marinas. Uno de sus apéndices fue “Look For Me Here” (12k, 2009) –pronto, más sobre él en estas páginas: la memoria, como ven, sigue recordando–, y este quizás se vea, en cierto sentido, como una continuación d esas sonoridades, a cargo de solo una de sus mitades.
Kane Ikin, como ya saben, es uno de los dos lados de Solo Andata, músico radicado en Melbourne quien junto a Paul Fiocco ha dado sus frutos de a poco, y ha crecido como un árbol fuerte. Una de sus ramas más recientes fue “Ritual” (Desire Path, 2010), más oscuro que el anterior, ya desde la portada. Ahora toca separarse momentáneamente para darnos un trabajo corto, un single de dos temas en forma de 7” con cubierta de cartón con un solo color, también azul, con el añadido de dos canciones extra en formato download. En un ambiente principalmente analógico, uno con consolas desfasadas y tecnología antigua, este tratado breve sobre los espacios anchos se construye desde le proximidad, con cuerdas de nylon y con sintetizadores fuera de catálogo. Es un disco de estreno, pero el trayecto recorrido hasta ahora, que ha mostrado un camino grato de recorrer, hace que lo de nuevo sea más bien relativo. Es lo primero con su nombre, solo el suyo en los créditos, pero en ningún caso parece el trabajo de un recién iniciado. Su joven sabiduría se traduce en canciones perfectamente armadas, con muy pocos elementos jugando a la vez pero dispuestos de forma tal que el espacio se ocupa en su plenitud, sin rellenar en demasía. Todo en su justo lugar, en su justa duración, madurado y cosechado a tiempo. Los complementos son parte de un mismo todo: “Sailing” tiene su raíz en unas percusiones pareciera que grabadas bajo mar, sacadas en algún sitio cercano a alas de “Quiet Rain” (Cotton Goods, 2010) [160] memoria –el disco de Being aún se retiene en mi mente– para luego derivar en un arpegio de guitarra acústica flotando sobre una manto de ambientación etérea, fantasmal, encrespada en direcciones opuestas, difíciles de coger; “Short Wave Fade” tiene un esquema parecido al anterior, pero lo que antes descendía en algo más próximo a una balada ahora se queda en texturas ambientales, en música despojada de aditamentos que la hagan impresionar a la primera, pero que de toda formas brilla bajo sus lienzos de tonalidades bajas: se llega al mismo estado pero el paso es más lento. Respecto a las piezas principales, esas que se incluyen en el 7”, decir que se encuentran obviamente situadas junto a sus añadiduras, que como dije son una misma. Aún así, están en un territorio superior, si es que se puede estarlo más, en particular una. El otro lado, “A Synthetic Setting”, tiene como base unos choques de ritmos entrelazados, ruidos que dejan der tales entre ventiscas suaves de coloraciones azul marino, todo envuelto y recubierto con un paño gris que a veces deja ver poco de su interior. Por su parte, este lado del disco, “Contrail”, con un inicio que es el característico de todo le demás, pronto se aparta del resto, suelta las amarras y se deja llevar por la corriente. El bello sonido de las cuerdas retumbando en una caja de madera, unas pocas notas que sirven para dejar una huella sobre la canción, con una especie de zumbido que se balancea por detrás de la misma, el eterno balanceo del que hablaba otra canción, mientras todo parece que no fuera más que una simple grabación de campo, en el campo, aunque dando vida a una pieza de naturalidad nada forzada.
En resumen, estas cuatro inmersiones en la levedad del mar en su superficie mantienen vivo el rastro de aquella mancha azul, desperdigadas en poco más de veinte minutos exiguos, y revitalizada por uno de sus responsables quien, uniendo hilos pequeños forma una tela firme y difícil de desgarrar, al mismo tiempo que difusa, tanto como para hacerla más atractiva aún.