Afterpop (ES)
12K es el sello fundado en 1997 por el músico Taylor Deupree, una figura que ha contribuido en su doble papel de productor y boss label a definir las rutas del minimalismo electrónico desde hace ya casi veinte años. Si bien en un inicio el sello se caracterizaba por los sonidos abstractos y fríos de proyectos como Arc, Human Mesh Dance o Shuttle358, con el tiempo fue expandiendo su visión para albergar proyectos más orgánicos en los que diseños sonoro construidos a partir de grabaciones de campo y ruido de laptops se encuentran con instrumentos acústicos.
Illuha es parte de éstos proyectos. El dueto está formado por Tomoyoshi Date – nacido en Sao Pablo, residente actualmente de Tokyio- y Corey Fuller – norteamericano, residente en Tokyo. El trabajo musical de Date, parte del dueto Opitope, influenciado por la calidez de Brasil y la delicadeza de Japón ha sido publicado por sellos como Fat Cat y Mille Plateaux desde 1998. Fuller por su parte es músico y artista multimedia; viajero desde pequeño, Corey ha colaborado con diferentes músicos y junto con Date y Chihei Hatakeyama forma el trio KUUKOKA. Si bien este es el primer lanzamiento de Illuha, sus dos integrantes llevan ya un buen rato en la producción de música.
Shizuku – que en japonés se emplea para nombrar la caída de un líquido – fue grabado en una iglesia de más de cien años de antigüedad, en Bellingham, Washington. El duo empleó técnicas de microfoneo cuadrafónico y ambiental para capturer la acústica natural que daban los techos altos, los pisos de madera, los cristales, la resonancia natural….
Drones de órgano, corrientes de aire y de agua que se encuentran en un mismo punto para desaparecer súbitamente; pequeños clicks y suciedades digitales, grabaciones de campo in-situ y percusiones espaciadas y sutiles forman una amalgama sobre la cual se entretejen melodías de piano, vibráfono, cuerdas, chelo…y en el track Seiya, la voz del poeta japonés Tadahito Ichinoseki, leyendo una poesía sobre el silencio, dios y el ciclo vital. ¿Voz ? algo completamente anómalo en un álbum de 12k.
Illuha es una nube flotando a poca distancia sobre el agua, formada por la condensación de texturas análogas y digitales, y hay un viento de nostalgia e introspección profunda que la hace avanzar, viento que se adivina aunque no sepamos que ambos artistas vivieron este año cada uno dolores anímicos intensos y felicidades profundas, aunque olvidemos por un instante la violencia del terremoto que sacudió sus hogares en marzo del 2011. Esta es, en todo sentido, una catarsis sublime. Demasiado poético para agruparlo sin más junto a la mayoría de los trabajos electroacústicos y muy personal para ser catalogado fríamente como “ambient”.